viernes, enero 22, 2010

Besos o... esa boca es mía

Cuántas clases de besos hay? Muchos según la boca y los labios que besemos.

Recuerdo una vez que me tocó una chica que besaba de una manera muy particular. Devoradoramente. Y no exagero. Tenía la costumbre de morderme la lengua y no parar. Suena loco y cómico pero no era así. Por alguna buena razón era excitante y adictivo para ambas. El resultado era tener al final del encuentro una lengua que latía desenfrenadamente por muy buen rato :P

Hay otro besos que son profundos y pareciera que buscaran algún secreto oculto. Exploran, juegan con la lengua. Mordisquean los labios que para mí tienen una fascinación en sí misma.

Los labios son como el lóbulo de la oreja. Carnosa y sensual. Provocadora y sumisa.

Muchos logran besos robados. Buscan y buscan para llegar a ese encuentro que de otro modo llevaría un tiempo que no se quiere tomar o no hay.

Para mí el beso es meritorio cuando se encuentra y no cuando se roba. Robarlo sería forzarlo. Es fácil. Es poco factible rechazarlo. Muchas veces, quien lo roba, conquista y gana por KO. Pero esas conquistas para mí tienen un logro de corto alcance. En realidad la espera por ese beso es una conquista personal que particularmente disfruto más.

Hay besos que son cortos, pero cariñosos. Guardan a veces el deseo de tener mucho más tiempo y espacio. Guardan el deseo de abrazar, de envolver.

Un beso de despedida, es breve o eterno. La brevedad quiere hacernos creer un reencuentro próximo. Si es eterno, es que queremos parar un reloj que sigue avanzando aún sin agujas.

Un beso ha de ser siempre un momento mágico de dos.

(*)Jaqueline Andere y Rebeca Jones se dan un beso, parte de la obra Entre Mujeres. Uno de los personajes reacciona de esta manera al enterarse que su marido le es infiel con una lesbiana.