miércoles, diciembre 30, 2009

Fin de Año o la cosecha no termina hoy


Fin de año casi.
A horas de hacer el cierre mensual, luego el anual. Y qué del personal??.
Si bien estuve ausente por este y mi otro blog no estuve ausente de un mar de cosas. Estuve disfrutando muchas que hacen que el balance al cierre sea positivo.
Hubo más y hubo menos.
Hubo cosas agradables y otras que dolieron, pero hubo también mucho trabajo interno. Y ví muchos frutos nuevos. Y eso me llena de felicidad y seguridad para seguir descubriendome.
Hubo claridad donde pudo haber claridad. Hay oscuridad para quien no quiera iluminar ese espacio que hay que compartir solo con el corazón.
Hubo malos entendidos pero siempre hubo abierta una puerta para quien pasado el momento del enojo haya querido revalorizar lo vivido.
Se pierden tantas cosas como dejes tiradas en el suelo y no las vuelva a alzar.
Se cometen fallas. Pero si existe al menos voluntad de "COMPRENDER", de ponerse un minuto en los zapatos del otro, todo es posible, todo es solucionable.
Alguien me dijo una vez, solo la muerte no tiene solución.
Así tan básico como cierto es como una verdad para dos partes que no siempre se comparte como tal.
Espero que el amor no sea de uno solo. Que el amor sean muchos. Indivisibles, indiscutibles, incuestionables, invalorables, inmortales.
Que el amor sea de muchos que nos amamos y nos cuidamos. Que nos contenemos y que la pasamos bomba. Que el amor sea de ida y vuelta.
Que el amor de pareja llegue si ha de llegar.
Que los amoríos sean disfrutados y vividos como una brisa mirando el mar. Que no se vean los finales, ni los límites.
Que no nos fundamos en nadie. Que no nos olvidemos de nosotros. Que sepamos reconocer al otro y que el otro nos reconozca y nos vea.
Que se pueda cambiar lo que puede modificarse para llegar casi al medio de una mejor convivencia, pero que nadie entienda que es querer modificar la esencia de nadie a nuestra imagen y semejanza.
Si hay dos, que haya diálogo.
Si somos uno, que haya diálogo interno y con nuestro entorno.
Seamos nosotras/os sin importar si es acá, en Tokyo, en una rave o en el balcón de casa al atardecer.
No hay mejor patrimonio ni mejor posesión que cuidarnos y ocuparnos de poder crecer un poquito día a día.
Que el comienzo inexorable del calendario sincronice con nuestra fe renovada y así podamos llegar a un diciembre del 2010 satisfechos y con ganas de más.
Feliz Año Nuevo.