En la época que comienzo a decidir bucear (¿!) por los ambientes gay, se hablaba poco y nada de la homosexualidad. Me parece que ni existía, o quedaba en un “país” muy lejano.
Creo que lo que tengo presente es que allá por el 76 no existía siquiera la palabra. Con el correr del tiempo, escuché decir que alguien había visto a Marilina de la mano de otra mujer saliendo de un boliche. Pero nadie podía hacer más que sugerir de tanto en tanto que era medio medio…
La represión no existía sólo a nivel político. La represión existía en la cabeza de cada uno de nosotros. Por eso la vida privada de cada uno de nosotros, cada uno de nuestros actos trasciende más allá de nuestras cuatro paredes.
Es político cada uno de nuestros actos.
Cuando yo me cruzo con el portero de mi casa, el sabe con quién duermo, qué tiro de basura, qué bolsita de Super uso, con quién voy, con quién vengo, si hago ruido, si soy buena mina, si soy jodida, si estoy mucho en mi casa, si aparezco a las madrugadas, o si se me rompió la llave de abajo a las 4 de la mañana intentando entrar en el edificio.
Los chicos del garage, saben tambien con quien voy, con quien vengo, horarios en que saco el auto, cuando me voy de vacaciones, y eso que no digo más que hola, y chau.
Nada es tan privado como muchos creen que es la vida privada…
Esto viene a cuento que lo que luego sucedió en el 83, el gobierno democrático, el primero luego de muchos golpes de estado, y en mi caso luego de unos 3 años más, significó un antes y despues en mi vida. Fui una y fui otra hasta en la forma de vestir, pensar, opinar.
A mi Woody Allen era un tipo que no me hacía ni reír. No me gustaba toda la sarta de cosas que decía. Hoy día, ya hace muchos años a decir verdad, hace que me sienta identificada en muchas cosas de mi vida. RIPLEY!!!! Créase o no, pero uno cambia. Y gracias a Dios las cosas, la sociedad, cambian. Algunas mejor otras puede que a peor. Pero cambian al menos. Nada es igual.
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