miércoles, diciembre 20, 2006

Somos como las fases de la luna


Rescato esto de otro blog español cuyo link está indicado arriba. Me pareció muy gracioso y por supuesto que he y conozco quienes han pasado por sus diferentes fases. Aquí va:

"Las lesbianas somos como la luna...
... es decir, que tenemos fases. Tras largos años de duro trabajo, observación meticulosa de la realidad y miles de encuestas telefónicas, hemos extraído las siguientes conclusiones:
Nivel 1 o "la cruda realidad": un día te levantas y te das cuenta de que eres lesbiana. Puedes haber tenido un sueño erótico - festivo que te haya encantado. Puede ser simplemente una revelación mística. O puede que estés hasta los huevos de "autoengañarte". El caso es que, por primera vez, te dices a ti misma: "soy lesbiana". Enhorabuena, bienvenida al caos. Grado de sufrimiento: 7
Nivel 2 o "qué bonito es el amor": es cuando te das cuenta de que estás enamorada de tu amiga heterosexual. No se lo puedes contar, pero no te importa: tú la quieres y te conformas con los momentos que pasáis juntas hablando de tonterías. El hecho de que tú quieras meterle la lengua hasta la campanilla no tiene que ser un inconveniente. Eres una lesbiana ingenua y feliz. Grado de sufrimiento: 3
Nivel 3 o "el corazón partío": tu amiga heterosexual ya no habla de tonterías contigo... solo habla de Juan. Ahora es Juan el que la lleva al cine (para tocarle las tetas), ahora es con Juan con quién da largos paseos por la playa (para tocarle las tetas), ahora es Juan el que la emborracha (para tocarle las tetas). Odias a Juan y le deseas la muerte. Grado de sufrimiento: 9
Nivel 4 o "afirmación de identidad": no puedes con la vida y decides contárselo a las más íntimas. Poco a poco te das cuenta de que no es el fin del mundo y se lo cuentas a tus hermanos, a tus primos, a tus padres... Llega un momento en el que se lo cuentas a todo el que quiera oirlo (momento cansino, la gente está harta de escucharte). Vas por primera vez a la manifestación del orgullo gay con una camiseta con el lema "arriba el rollo bollo". Menos ingenua y no tan feliz, pero se puede llevar. Juan ha dejado a tu ex-amiga, que va corriendo a llorar en tu hombro. La mandas a freír espárragos. Grado de sufrimiento: 2
Nivel 5 o "no estoy sola en el mundo": necesitas conocer a otras que vengan de tu planeta. Te haces adicta a internet y al chat de las lesbianas. Conoces a muchas chicas y te das cuenta de que están todas fatal de la cabeza. Tienes tu primer rollete con una desconocida y te parten el corazón 3 veces por semana. Te das a la bebida y a la mala vida. Grado de sufrimiento: 5
Nivel 6 o "putón verbenero": estás harta de ser la virgen de chueca y de llevar más de un año sin echar un caliqueño. Te lías con cualquiera que se preste (desgraciadamente, las voluntarias son pocas). Aprendes zonas erógenas que no sabías ni que existían. Sigues borracha de viernes a domingo. No te engañes, te lo pasas bien pero no eres feliz. Grado de sufrimiento: 4
Nivel 7 o "ya llegará": te cansas del sexo con desconocidas. Necesitas amor y estabilidad en tu vida. Empiezas a mantenerte sobria y vuelves a tus costumbres de la fase 2, cuando eras ingenua y feliz. Inocencia te queda poca, vergüenza menos, pero ya estás adaptada. Tus amigas se alegran el primer lunes que llegas a clase o al trabajo sin un chupetón en el cuello. Tu vida es relativamente normal. Grado de sufrimiento: 1
Nivel 8 o "tenía que pasar": de repente, la encuentras. Te enamoras perdidamente. Ella se enamora de ti (al principio no te lo crees, pero es así). Vivís felices para siempre. Grado de sufrimiento: 0
NOTAS SOBRE EL ESTUDIO
A) Se ha observado que, en muchos casos, los niveles 1, 2 y 3 pueden producirse simultáneamente, siguiendo la siguiente regla lógica:
Juan aparece en la vida de tu amiga -- te sienta fatal -- te das cuenta de que estás enamorada de ella -- ¡¡joder, eres lesbiana!!
B) El nivel 8 EN NINGÚN CASO está garantizado. De hecho, hay pocas pruebas de su existencia. Esto se debe a que, para alcanzar dicho nivel, dos sujetos del nivel 7 tienen que coincidir en el mismo espacio - tiempo, reconocerse como tales y atraerse mutuamente, lo cual es bastante complicado.
C) Aún si se alcanza el nivel 8, no se garantiza que éste sea duradero. Se ha comprobado que suele acabarse cuando uno de los dos sujetos vuelve a casa y se encuentra al "amor de su vida" en la cama con otra (normalmente, un sujeto de nivel 6 que sale por patas de la escena del crimen). Llegados a este punto, ambas vuelven al nivel 6.
D) Se recomienda prudencia en el nivel 4 si no quieres que tus amigas salgan corriendo cada vez que te ven llegar.
E) Si eres una alcohólica y un pendón desorejado... ¡¡échale la culpa al nivel 6!!
F) No existe una relación proporcional entre los niveles y la edad de los sujetos. Todo depende del momento en el que llegues al nivel 1. Por otro lado, a partir de cierta edad se recomienda saltarse el nivel 6 si no quieres acabar en Alcalá - Meco por corrupción de menores (que hay mucha lagarta suelta).
G) Es común la negación de la existencia del nivel 5, véase, la adicción internáutica. Está demostrado que el nivel 5 existe porque si no... ¿qué leches haces leyendo un blog de lesbianas?

Lo que yo decía, somos una panda de lunáticas..."

miércoles, diciembre 13, 2006

Como una estrella fugaz




Hoy es precisamente el día en que "caerán" o se observarán en el cielo unas 40 estrellas fugaces por hora. Son llamadas Gemínidas, brillantes y blancas (aunque también algunas amarrillas, rojas o verdes). El cuerpo progenitor de las Gemínidas es el asteroide(3200) Phaeton.

Así de fugaz a veces puede ser la visita de una amante. Fugaz pero no por eso menos intensa. Curiosa, casual, provocada y definitivamente arrasadora.

Un atardecer donde no había tiempos, ni planes. Había sí, el deseo de estar bien y hacerte sentir bien. Una amante no dejará anclado el corazón pero no carece de él. Tiene un lugar para su amante donde se interna sin medir distancias, sin medir intensidades. Tiene un lugar reservado para esa lucha tan personal con su contricante tan deseado. Es una lucha única, particular y siempre renovada. Es una lucha que deja a ambas exhaustas pero satisfechas de saber que cada una ha dado todo lo que podía dar.

Ayer fuí como una estrella fugaz, pero tenía ganas de encontrarte. Tenía ganas que te reconcilies con mis formas, mis dichos, y mis fugas. Tenía ganas que disfrutes un instante cercano aunque no siempre sea constante en el tiempo. Instantes. Momentos. Pero no quiero que te detengas en mis ausencias sino en cada presencia que puedo dar.

Supimos exprimir cada minuto que tenía. Supimos sacarnos jugo hasta que no hubo más. Me fuí con la sonrisa de aquel que se lleva en su bolsillo un montón de pequeños soles que nacieron de entre tus manos. Esas mismas que me recorrieron una y mil veces.

Gracias por este otro regalo:

"Juegos orales: la “i” / ¿Y?
Me llega la “i”. Desde la pregunta (¿ Y, mi amor, qué hacemos?) y desde la simple vocal que me sirve para jugar ahora. Sonora pero indecisa. Ni abierta ni cerrada, me coloca los labios en la postura justa para que te pueda ofrecer casi una sonrisa. Abro la boca lo justo y necesario para poder recibir tu índice. Lo dejo pasar entre los labios. Intento resistir en vano la primaria tentación de morderlo (cachorra, yo misma). En vano, digo, clavo un poco los dientes y compruebo la resistencia de tu carne. Te dejo el ingreso y te alojo sobre mi lengua. Te inmovilizo. Yo voy a decidir los movimientos de tu dedo en mi boca, voy a dejar que penetres y, finalmente, serás expulsada. Emito el sonido de la “i”: el aire y la vibración te hacen cosquillas en la yema del dedo. Los labios se estrechan con el peligro de articular otra cosa. Bajar hasta la penumbra de la “u”, por ejemplo. Pero no es el caso. Apenas cierro un poco la boca para mantenerte en tu lugar y te acaricio con mi lengua. Te propongo el desafío de reconocer cada rugosidad, que identifiques cada palmo de mi lengua. Que tu dedo pueda conocer dónde está la captación de cada uno de los sabores. Tu yema será el placebo de lo ácido, salado picante. Y yo te voy a saborear.
Pasaste ayer como una ráfaga. Hablamos de aire deseable, fresco, gozoso. Pero me queda una sensación de huracán. Sin tiempo para palabras ni juegos. Tal vez sean los 20 minutos más intensos que hasta ahora nos hemos dedicado. Así, nuestro encuentro. Ofreciste un breve cielo, tesoro, no puedo menos que poner las estrellas. ;)"

lunes, diciembre 11, 2006

Juegos Orales

Mi amante me regaló:
"Te propongo que juguemos. Tenemos cinco vocales a la mano. Yo empiezo caprichosamente por la “o”.
Vocal abierta, perfecta en su redondez que, tal vez, la vuelve sobre sí misma. Pronunciá una “o” y sostenéla en el aire hasta que pueda acercarme y abrirme yo misma al juego. Hasta que pueda sentirte la boca contra mí. Separo más las rodillas, bajo la pelvis hasta tu boca, en poco tiempo articularé temblores que para vos serán hoy como cantos de sirenas.
Me amoldo a tu boca para que vayamos juntas en la aventura, recorramos cada página del relato que te susurro desde el alma a través del sexo. Me abro, me expongo, te ofrezco desde mis entrañas las palabras insólitas que me brotan sólo para complacerte. Sentí, modelá mis sonidos, inventá conmigo el relato. Bébeme, húrgame y definí cada una de las rugosidades y texturas de mi interior. Imaginá que mueren los desiertos y que la humedad te acerca a la espuma del mar (no tan suave ni salada como lo que ofrezco a tus labios) o al musgo sobre el que seguramente están creciendo las orquídeas.
Bosque, sal, cuento, sexo. ¿Qué más ofrecerte? Mi orgasmo en tu boca. "

miércoles, diciembre 06, 2006

De entregas

Las entregas siempre serán altamente disfrutadas, gozadas, y delicias que saberán al mejor manjar.
Son las que elevan, las que busco y las que vuelvo a encontrar.
El goce no sabe de penurias. No sabe de dolor. El goce es alegría en el encuentro y en mi encuentro con vos.
Jamás buscaría un grito o una lágrima que no sea puro goce.